Descubrí un poder transformador al tejer una conexión significativa entre las acciones cotidianas y nuestro propósito más profundo. En este tejido, cada día se vuelve un tapiz de satisfacción y significado.
Es lamentable que la mayoría de las personas aún no hayan desentrañado su «propósito más profundo». Para muchos, la idea misma de poseer tal propósito parece esquiva e incluso inexistente. Si te encuentras entre aquellos que anhelan darle forma a una vida más plena, permíteme compartir contigo un sabio consejo.
La forma en que encontré mi propósito más profundo (y todavía lo estoy perfeccionando todos los días) es escuchando lo que hay en mi corazón, por muy cursi que pueda parecer. Escuché lo que sentía más profundamente, lo que me conmovía, lo que me hacía sentir temblorosa pero asombrada por la vida.
Para escuchar, tenía que dejar de distraerme. Tuve que crear un espacio para escuchar: apagar Internet y todos los dispositivos, no mirar televisión, alejarme de todo lo demás, aunque sea por un ratito. Tuve que crear silencio y quietud, para que escuchar fuera incluso posible.
Si creas este espacio, este silencio… nota lo que sientes. Al principio no será obvio lo que significa, pero después de escuchar por un rato, notarás lo que anhelas. Lo que te da alegría, una sensación de aventura, una sensación de juego. Lo que crea dolor y el deseo de aliviar ese dolor. Lo que te da miedo, lo que te llena de dudas, lo que te da ganas de correr.
Con el tiempo, tendrás una idea: «¡Oh, realmente me encanta trabajar con niños!» No sabrás lo que eso significa, pero tendrás una dirección y comenzarás a explorarla. Encontrarás una manera de trabajar con niños y, después de un tiempo, si sigues escuchando, descubrirás las partes de trabajar con niños que más te conmueven. Te concentrarás en eso. Refinarás, escucharás un poco más y quitarás la grasa de ese propósito, hasta llegar a su esencia. Encontrarás tu regalo para ofrecer al mundo.
Y en cada paso del camino, recorrerás el camino hacia ese propósito, explorando y descubriendo cómo ofrecer mejor tu regalo.
Algunas historias de otros sin un propósito
Muchas personas saben que no han encontrado su propósito pero ni siquiera empiezan a buscarlo… o lo tienen frente a ellos pero no lo reconocen y no se conectan con él.
He estado trabajando con personas en esto y aquí hay algunos ejemplos… tal vez usted se conecte con uno de ellos.
- Una mujer es abogada de familia y dice que no tiene un “propósito más profundo” en la vida, simplemente se mantiene muy ocupada haciendo su trabajo, ayudando a sus clientes, lo cual disfruta. Mientras trabajaba con ella, quedó claro que estaba sirviendo a estos clientes de una manera poderosa. Cuando enfrentaron los momentos más difíciles de sus vidas, ella estuvo ahí para ellos, guiándolos cuando se sintieron perdidos. Ella los defendió cuando estaban de rodillas y no tenían esperanza. Ella los hizo sentir seguros cuando el mundo que los rodeaba se derrumbaba. Tenía un propósito poderoso, pero no sabía cómo verlo. Lo que tenía que hacer era preguntarse qué regalo estaba dando en el mundo (o preguntarles a sus amigos que podrían verlo mejor). Entonces siéntete profundamente conectado con ese regalo.
- Trabajé con un hombre que era gerente en una operación de servicio muy ocupada: manejaba un equipo grande y se mantenía ocupado de principio a fin cada día, apagando incendios y manteniendo al equipo encaminado. No sentía que hubiera un propósito más profundo allí. Mientras hablábamos, quedó claro que era un líder increíblemente competente, que mantenía a su equipo motivado, totalmente concentrado en medio del caos, mantenía una enorme máquina en funcionamiento para que otros pudieran relajarse y lo hacía todo con energía y una sonrisa. Este fue un gran regalo que le estaba dando a cada miembro del equipo, a las personas a las que servían. Una vez más, necesitaba ver este regalo y permitirse conectarse con él y dejarse conmover por él.
- Otro hombre se sentía como un engranaje de una máquina, de un equipo que no hacía nada que valiera la pena en el mundo. Pero este hombre aparecía todos los días con una gran sonrisa en el rostro, trayendo energía, amor y alegría a cada habitación en la que entraba. Era muy competente y servía constantemente a quienes lo rodeaban. Le dije que comenzara a buscar otro trabajo, pero que también debería reconocer que no importa dónde esté, él trae su don de energía, servicio, felicidad y una sonrisa brillante a todos los que conoce y con quienes trabaja. Todavía tenía algunas búsquedas por hacer, pero debía reconocer y apreciar su don.
- Otra mujer trabajaba en finanzas y, sinceramente, no disfrutaba el trabajo. Quería iniciar su propia empresa, crear algo hermoso en el mundo. Estaba emocionada por emprender esta nueva aventura, pero también llena de dudas e incertidumbre sobre cómo hacerlo. La insté a hacerlo tan pronto como pudiera, porque estaba seguro de que aportaría su energía y su sentido de aventura a la nueva empresa. Y ella tenía un regalo esperando ser ofrecido al mundo.
Estos son sólo algunos ejemplos, pero los puntos en común son que 1) la mayoría de las personas no reconocen su propio don y pueden necesitar la ayuda de sus amigos para verlo, y 2) una vez que reconocen ese don, necesitan encontrarlo una forma de ofrecérselo al mundo, o si ya estás dando ese regalo, conéctate profundamente con él a diario para que puedas sentirte realizado al ofrecerlo.
Recientemente descubrí el placer de trabajar con personas en persona y he descubierto una nueva capa de mi propósito, refinándolo aún más. Ahora he aprendido, escuchando continuamente a mi corazón, que quiero:
- Guíe a las personas en un viaje que les cambiará la vida, con mayor simplicidad y concentración, trabajo lleno de propósitos, atención plena y conexión incondicional.
- Ayuda a las personas a sumergirse en la incertidumbre y el malestar con alegría, en lugar de huir de ello, dejándose mover por su propósito.
- Ayude a las personas a reconectarse con una sensación de plenitud y a dejar de lado lo que les causa dolor y lucha.
Este es mi propósito más profundo en este momento, según lo que resuena dentro de mí. Esto es lo que me mueve a hacer, mi don tal como lo entiendo.