El intricado tejido de nuestras vidas a menudo está entrelazado con hábitos arraigados, esos pequeños rituales que se han convertido en vacas sagradas, sagradas porque, aunque nos impiden avanzar, también representan la comodidad y la familiaridad que tanto ansiamos. Romper con estas viejas costumbres para dar paso a lo nuevo es, sin duda, un desafío. Pero, ¿cómo podríamos abrazar el cambio sin soltar algo querido?
#1 Dejar Ir para Avanzar: Iniciar un nuevo hábito o abandonar uno antiguo implica una pérdida consciente. Desde renunciar a la comodidad de la pantalla para ejercitarse hasta soltar el ritual relajante de una copa de vino, cada cambio viene con su propia factura emocional. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a pagarla?
#2 La Crueldad de la Elección: Al explorar cambios significativos, nos enfrentamos a la cruda realidad de elegir entre lo que deseamos y lo que necesitamos soltar. Este es el punto de inflexión donde muchos se detienen. ¿Realmente queremos hacer este cambio? ¿Por qué debería importarnos lo suficiente como para sacrificar lo que ya conocemos y amamos?
#3 Reentrenar la Mente: Dejar ir no es solo un acto de renuncia; es un proceso de reentrenamiento mental. Cuando la necesidad de lo antiguo surge, es crucial recordar por qué estamos haciendo este cambio. Mi propia lucha contra el tabaco ilustra este punto. Al dejar de fumar, comprendí que la salud de mi familia superaba con creces cualquier disfrute temporal que el hábito pudiera ofrecer.
#4 Nuevas Creencias para Situaciones Antiguas: Las situaciones familiares a menudo despiertan viejas creencias. Cuando la tentación llama, es vital tener preparadas nuevas creencias. ¿Qué nos importa más en ese momento? Desde mi experiencia personal:
- La Meditación es mi Oasis Tranquilo.
- Un Sueño de Calidad Vale Más que el Café.
- La Nutrición Puede Ser Deliciosa y Compasiva.
- Priorizo la Atención al Cuerpo Sobre la Sobreindulgencia.
- La Vida Real Supera la Esclavitud al Teléfono.
Para cambiar un hábito, ya sea que esté iniciando uno nuevo o abandonando uno antiguo, debe dejar de lado algo realmente importante para usted. Esta es la razón por la que a la mayoría de las personas les cuesta cambiar de hábitos: no es fácil dejar ir a las vacas sagradas.
Tomemos algunos ejemplos:
- Para comenzar a hacer ejercicio y moverse más, debe dejar de lado la comodidad de sentarse y mirar/leer cosas en sus dispositivos.
- Para empezar a despertarte más temprano, debes dejar de lado aquello que te gusta hacer y que te mantiene despierto hasta altas horas de la noche (tal vez mirar televisión).
- Para dejar el alcohol, debes renunciar a un ritual nocturno relajante o a una actividad social divertida que hagas con amigos.
- Para comenzar a meditar por la mañana, debes dejar de lado la comodidad de apresurarte a hacer todo el trabajo del día.
- Para perder peso, debes dejar de lado la capacidad de comer lo que te apetezca cuando te apetezca.
Entiendes la idea. No hay cambio sin la pérdida de algo especial. Por eso nos resistimos al cambio; tal vez queramos el cambio, pero la pérdida de esa vaca sagrada es realmente difícil.
Hablemos de cómo dejar de lado algo importante para generar un cambio.
Primero, pregúntate: ¿realmente quiero hacer este cambio? ¿Es un cambio que suena bien o es realmente importante para ti? ¿Por qué te importa?
En segundo lugar, pregúntese: ¿a qué tengo que renunciar? ¿Estoy dispuesto a dejarlo ir? No es fácil renunciar a estas cosas. ¿Es el cambio tan importante para usted que está dispuesto a dejar de lado lo que era importante en el pasado? Por ejemplo, cuando dejé de fumar, me di cuenta de que la salud de mi familia era más importante que el disfrute temporal, el aspecto social de fumar (en ese momento) o el alivio del estrés que obtenía de ello. Podría encontrar otros alivios para el estrés, otras cosas para disfrutar, otras formas de socializar.
En tercer lugar, vuelva a entrenar su cerebro para recordar por qué esto es importante, cuando surja la necesidad de hacer lo antiguo.. Por ejemplo, si normalmente socializas con amigos bebiendo alcohol… cuando llega el momento de socializar bebiendo, podrías pensar en un viejo pensamiento como: «¡Merezco divertirme con amigos los fines de semana!». Es necesario que se te ocurra una creencia sustitutiva, como “Beber con amigos me hace actuar de manera poco saludable” o “No quiero depender del alcohol para disfrutar de mi vida; también puedo socializar con una bebida gaseosa sin alcohol”. .”
Las viejas creencias surgirán en determinadas situaciones. Pensarás: «Merezco un descanso» o «Merezco un regalo» o «La vida es demasiado corta para sufrir» o «Sólo esta vez no hará daño». Eso está bien, pero no conduce al cambio que realmente te importa. Así que prepárate con una nueva creencia: ¿qué te importa más en esas situaciones?
Te daré algunos ejemplos de mi vida:
- La meditación es un descanso pacífico que merezco.
- Para mí un sueño de buena calidad es más importante que disfrutar de unos sorbos de café.
- No necesito que los animales mueran o sufran para tener comida nutritiva y deliciosa.
- Me preocupo demasiado por mi cuerpo como para quedarme aquí demasiado tiempo.
- No necesito más comida en esta fiesta, porque comer en exceso me hace sentir fatal.
- No me gusta desperdiciar mi vida en mi teléfono.
En última instancia, la transformación requiere despedirnos de nuestras vacas sagradas, soltar lo que valoramos profundamente. ¿La clave? Hacer espacio para un cambio significativo y abrazar una vida transformada. ¿Qué vaca sagrada estás listo para soltar?