Durante un largo período, me enfrenté al desafío de entender por qué, junto con tantos otros, nos resulta tan complicado modificar hábitos y realizar cambios duraderos en nuestras vidas.
La clave la encontré en la figura de un niño pequeño que reside en cada uno de nosotros.
Mi batalla para dejar de fumar en 2015 se vio afectada por la incomodidad extrema que implicaba resistir la poderosa necesidad de fumar. La lucha fue real, y en muchos momentos intenté racionalizar el abandono. Persistía el deseo de sucumbir a los impulsos y regresar a la facilidad de la vida. En mis momentos más vulnerables, la rendición parecía tentadora.
Ya me había rendido siete veces previas en mis intentos de dejar de fumar. Cediendo ante impulsos, racionalizaciones y una voz interior que repetía: «Vamos, fuma, ¿por qué hacer tu vida tan miserable? La vida es demasiado corta».
Esta voz interna es la que obstaculiza los cambios duraderos.
Esta misma voz nos dice que está bien deleitarse con pasteles, papas fritas y pollo frito. ¡La vida debe ser placentera!
También es la voz que justifica saltarse el ejercicio, argumentando que es incómodo y no divertido. Prefieres estar en Facebook, jugar videojuegos o mirar televisión. ¡La vida es demasiado corta para la miseria!
Es la voz que incita a posponer tareas desafiantes, a evitar la meditación, a no aprender un nuevo idioma o a no escribir ese libro pendiente. Prefieres lo fácil.
Esta voz es la que te impide emprender tu propio negocio o conseguir el trabajo de tus sueños por miedo al fracaso.
Es la voz que se rinde cuando las cosas se ponen difíciles, convenciéndote de que también debes rendirte. Te priva de conocer al amor de tu vida, ya que enfrentarte a la incomodidad de conocer gente nueva da miedo. Te impide mantener a esa persona especial, porque la honestidad asusta. Te limita a estar a solas contigo mismo, porque la soledad resulta aterradora.
Esta voz no eres tú. Es un niño pequeño dentro de ti, una versión más joven que quizás tenía 5 o 6 años.
A este niño pequeño, a este yo más joven, no le gustan las cosas incómodas, aterradoras o difíciles. ¿Qué hace un niño de 5 años? Le gustan las cosas cómodas, seguras y placenteras.
¿Qué hace un niño de 5 años? Le gustan las cosas cómodas, seguras y placenteras.
Este niño pequeño es quien eras cuando desarrollaste todos tus hábitos de pensamiento, cuando abandonaste cosas por difíciles. ¿Quién podría culpar a un niño de 5 años por actuar así?
Pero ya no tienes 5 años. Aún así, tu vida está influenciada por este niño de 5 años. Yo fui así durante muchos años, y en ocasiones, aún lo soy cuando no estoy consciente de lo que está sucediendo.
El truco radica en darse cuenta de que este niño de 5 años te está diciendo qué hacer. No le escuches. No le obedezcas. No creas en sus racionalizaciones.
Puedes sobrellevar las dificultades. Puedes aprender a estar bien con la incomodidad. Puedes enfrentar el miedo.
Consejos para cambiar tus hábitos y vencer a tu saboteador interno
- Practica la autorreflexión: Tómate el tiempo para examinar tus pensamientos y comportamientos, identificando la voz interior del «niño interior» que busca comodidad. La conciencia es el primer paso para el cambio.
- Establece metas claras: Define metas realistas y alcanzables. Evita abrumarte con objetivos enormes y divide tu camino hacia el cambio en pasos más pequeños y manejables.
- Crea rutinas beneficiosas: Desarrolla hábitos diarios que fomenten el crecimiento personal y la autodisciplina. Establecer una rutina te ayuda a superar la resistencia inicial y hace que las acciones positivas sean más automáticas.
- Encuentra apoyo: Comparte tus metas con amigos, familiares o compañeros que te brinden apoyo emocional y motivación. Compartir tu viaje hace que el proceso de cambio sea más llevadero.
- Aprende de los fracasos: En lugar de ver los contratiempos como derrotas, considera cada desafío como una oportunidad de aprendizaje. Analiza lo que salió mal y ajusta tu enfoque en consecuencia.
- Practica la gratitud: Cultiva la gratitud por las pequeñas victorias y avances en tu viaje de cambio. Celebrar los logros, incluso los pequeños, refuerza la motivación y la positividad.
- Visualización positiva: Imagina tu éxito y visualiza el impacto positivo de tus nuevos hábitos en tu vida. La visualización puede ayudarte a mantenerte enfocado en tus metas a largo plazo.
- Acepta la incomodidad: Reconoce que el crecimiento personal y el cambio a menudo van acompañados de momentos incómodos. Aprende a tolerar la incomodidad como parte natural del proceso.
- Aprende nuevas habilidades: Desarrolla habilidades que te ayuden a enfrentar los desafíos. Ya sea la gestión del tiempo, habilidades sociales o técnicas de afrontamiento, el aprendizaje continuo fortalece tu capacidad para superar obstáculos.
- Prioriza el autocuidado: Dedica tiempo regularmente para cuidar de ti mismo. El descanso adecuado, la alimentación saludable y el ejercicio físico contribuyen a tu bienestar general, brindándote la energía necesaria para afrontar cambios importantes.